6 de febrero de 2016

Epílogo

Como dice Philippe Meirieu (pedagogo francés), la educación artística favorece la concentración, y por otra parte, favorece la sublimación de nuestros impulsos. El arte es una manera extraordinariamente positiva para que los impulsos interiores, que pueden ser a veces violentos, muy individuales, egoístas, etc., sean transformados de manera creativa.
Durante estos cuatro meses hemos trabajado conceptos como la imagen, luces, las sombras, los colores, las texturas, etc.
Una imagen puede transmitir diferentes sensaciones, cada persona percibe e interpreta de forma diferente. Por ello debemos mantener siempre una mente abierta, sin prejuicios, para apreciar las sensaciones que nos aporta nuestro subconsciente irracional; para poder respetar la mente surrealista y plástica del niño/a, y para no poner barreras a su imaginación. Como maestros/as de infantil, la imagen o pictogramas suponen un recurso muy útil para trabajar con nuestros alumnos/as, mientras más simplifiquemos y adaptemos las actividades, más facilitaremos su comprensión y asimilación de conceptos.
Nuestro lenguaje debe ser lento y menos complejo, a su vez, los niños/as deben estar en disposición de aprender. Para ello debemos proponerles actividades que los niños/as puedan relacionar con sus conocimientos, con situaciones de la vida cotidiana para que puedan encontrar utilidad a lo que aprenden. A su vez, estas actividades deben ser abiertas y flexibles, para que cada cual pueda encontrar su lugar, su forma de participar, su propio ritmo de aprendizaje.
Las luces, las sombras, los colores, las texturas,… son recursos indispensables en nuestras aulas de infantil para fomentar la creatividad. Debemos proporcionar a nuestros alumnos/as material suficiente para que sean ellos mismos quienes experimenten, manipulen y descubran todas estas cuestiones. Trabajar las luces y sombras mediante un teatro de luces y sombras, la mesa de luz. Los colores mediante témperas, ceras, rotuladores, papel, telas, piedras, etc. Las texturas mediante estampados, adición, raspado, etc.

Al realizar los dibujos mediante el uso del punto y la línea, he aprendido que cuando dejamos de ser tan comedidos, nuestros trabajos son más creativos y adquieren más personalidad.

Para fomentar la imaginación, trabajar la creatividad y la subjetividad, considero muy útil la actividad propuesta por nuestra profesora: tunear manchas.

Con todas estas cuestiones, podemos considerar que cuando dibujamos algo no siempre tiene porqué existir un porqué, sino que los colores, los puntos, las líneas y texturas nos pueden transmitir sensaciones por sí solas más potentes que una  representación de algo en concreto.
Desde que realizamos nuestro análisis del cómic, observo más detenidamente una ilustración o una película. Incluso el resultado de la película con mi figura de plastilina no hubiese tenido los planos, puntos de vista y expresiones si no llega a ser por todo lo que hemos aprendido.
Para finalizar os presento una recopilación con todos los trabajos realizados: 

El arte es la mejor terapia para canalizar nuestros sentimientos, emociones, tensiones…

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